16 Jun Medios digitales VS medios tradicionales. El futuro del papel
Durante los últimos años hemos asistido al nacimiento de gran cantidad de medios de comunicación digitales, que han conquistado parte del lugar que ocupaban los medios tradicionales en papel, a los que se han sumado las redes sociales que, sobre todo para los más jóvenes, se han convertido en casi su única fuente de información.
Esta realidad ha venido de la mano de la digitalización general de la sociedad, de internet, y todas las tecnologías que día adía han ido entrando en nuestra vida diaria, provocando que cada vez más lectores se accedan a dichos medios, dejando en un segundo plano a los formatos en papel, fundamentalmente por la inmediatez y la facilidad para conocer lo que pasa en el mundo en cualquier lugar y momento, que aportan los medios electrónicos. Ya no hay que esperar por la información, sino que ésta se da en tiempo real, al momento.
Para conseguir una victoria en esta “batalla” entre medios electrónicos y medios tradicionales, los periódicos en papel han dado un primer gran paso, creando su réplica en el mundo digital, para seguir atrayendo a sus lectores y sobre todo conectar con las nuevas generaciones digitales.
Frente a esta realidad, la preocupación de los editores de los diarios más tradicionales, tanto en España como en el resto del mundo, no es solo seguir manteniendo sus audiencias, sino la proliferación de noticias falsas o fake news, de bombardeos de anuncios, vídeos trucados, imágenes y sonidos amañados, que en los últimos meses han difundido bulos y mentiras que en ocasiones han impactado en la sociedad, creando situaciones peligrosas en determinados países.
En opinión de algunos expertos, los lectores que exclusivamente se informan a través de medios digitales, sin una gran trayectoria o en las redes sociales, no están demasiado preocupados por la falta de fiabilidad de las noticias que se publican en esos medios, lo que provoca que, en muchas ocasiones, consuman por igual la información real que noticias falsas disfrazadas de realidad, que no analicen de donde se obtienen los datos que aportan, aumentando la sensación de confusión.
Es por este ruido generado por la gran cantidad de información a la que estamos expuestos a diario, donde el papel de los medios tradicionales, en formato papel o incluso en sus ediciones digitales, se vuelve más importante que nunca, por su capacidad para aportar un valor añadido a la información, contribuir al análisis, aportando datos contrastados, que cuentan en sus plantillas con profesionales de la información con una sólida trayectoria y conocimiento sobre aquello de lo que informan, algo que la mayoría de los lectores siguen considerando fundamental.
Por todo ello, está claro que aún no ha llegado el fin de los medios tradicionales, que el papel sigue siendo un soporte elegido por una gran cantidad de lectores que, no solo quieren conocer la información de forma inmediata, casi a la vez que se está produciendo, sino que desean tener todos los datos, ir más allá del mero conocimiento de un suceso, saber sus antecedentes, sus consecuencias y sobre todo, ayudarles a formarse una opinión lo más real posible, sobre los temas que le interesan.